Del plagio a la creatividad: apuntes para el derecho de autor en tiempos de Internet

Wolf, Gunnar (2020): Del plagio a la creatividad: apuntes para el derecho de autor en tiempos de Internet. In: II Simposio sobre el Plagio en México, 9-13 Nov 2020, Infotec (CONACyT), Ciudad de México, México. (No publicado)

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Resumen

Si hablamos de plagio, debemos abordar el tema de lo que significa y lo que requiere la creación de bienes culturales. Debemos cuestionar el concepto de autoría tradicional en un contexto en el que la creación a partir de Internet se da de manera colectiva, reutilizando contenidos y regresando a prácticas existentes incluso antes de la aparición de los primeros derechos de autor. El desarrollo del conocimiento, de las ciencias, de las artes a lo largo de la historia de la humanidad cruza necesariamente por la influencia mutua de ideas. Por la reapropiación, la reelaboración. La historia de la humanidad está marcada por los hitos que facilitan compartir y apropiar los artefactos de la cultura y el conocimiento — La invención de la escritura evitó que el conocimiento de cada sabio de cada tribu se perdiera al morir éste. La imprenta masificó la circulación de obras impresas. De hecho, los profundos cambios que supuso la reproducibilidad de la palabra escrita llevó directamente a la promulgación del Estatuto de la Reina Ana en 1710, antecedente directo del derecho de autor. La segunda mitad del siglo XIX vio el nacimiento de tecnologías que democratizaron la capacidad de generar material impreso para su distribución masiva sin requerir de la inversión en un taller (el mimeógrafo) y que permitieron capturar y reproducir imágenes (fotografía) y sonido (fonógrafo) marcaron sin duda cómo apreciamos y difundimos la cultura durante el siguiente siglo y medio. Para la segunda mitad del siglo XX, va siendo obvia la aparición de una tensión cada vez mayor a partir de la aparición de los medios electrónicos (y posteriormente digitales) de representación y reproducción de todo tipo de artefactos culturales. Las reglas para la creación y diseminación de contenido se han alejado tanto ya de lo que el Estatuto de la Reina Ana, que es menester como sociedad preguntarnos de nuevo si las reglas establecidas hace 400 años siguen protegiendo e impulsando la creación, difusión y reapropiación de las obras culturales. ¿Qué significa autoría? ¿Qué significa plagio? ¿Qué medidas dan mayor beneficio a la sociedad? En 1971 nació el Proyecto Gutenberg, dedicado a digitalizar libros que entraran al Dominio Público; al día de hoy cuenta con más de 60,000 obras. Pero esperar largas décadas para que una obra entre al Dominio Público no es suficiente; cada vez más personas requieren crear nuevos contenidos con reglas más acordes a la nueva realidad social. Para 1984, nace la Fundación de Software Libre, el proyecto GNU, y su principal herramienta legal: la licencia GPL. Contrario a toda predicción económica, treinta años más tarde, su trabajo es central para la existencia de Linux, sistema operativo más utilizado del mundo — Libre por nacimiento, valiéndose del uso de las herramientas del derecho de autor para oponerse a las restricciones impuestas por los mismos marcos legales del vetusto derecho de autor. Para 2001, nace Creative Commons, explicitando el uso generativo que creadores de todo tipo de medios dan ahora a Internet — y cómo el marco de la protección de derechos de autor queda cada vez más chico, más obsoleto. Hoy, al ir entrando a la tercera década del siglo XXI, tenemos que plantearnos nuevamente entonces: ¿Cuál es la línea que divide creación y plagio? ¿Cómo rediseñar el marco legal en consonancia?

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